Las experiencias que vivimos durante la infancia pueden ser determinantes para nuestro futuro pues, muchas de ellas, dejan huellas que nos acompañan en la vida adulta. Aquí te contamos mucho más sobre el tema y todo lo que debes saber al respecto.
¿Qué son las heridas de la infancia?
Cuando hablamos de las heridas emocionales de la infancia estamos haciendo referencia a una especie de trauma afectivo que marca la vida de las personas y son un obstáculo a la hora de tener una vida plena y tranquila. Estas heridas, se pueden ver reflejadas de muchas formas, algunas de las más comunes son: ansiedad, depresión, dificultad para tener relaciones afectivas, pensamientos negativos, problemas de sueño, entre otros.
Existen 5 tipos:
Miedo al abandono: las personas que durante la niñez experimentaron el abandono, le tienen pánico a estar solos. En muchas ocasiones sufren de dependencia emocional y, en otras, prefieren no involucrarse demasiado en una relación para evitar sentirse abandonados más adelante. El otro lado de la moneda de esta herida es cuando la persona se siente absolutamente dependiente de cualquier persona de su alrededor, ya sea familiar, amigo o pareja y no puede imaginar su vida sin ella.
Miedo al rechazo: cuando esto pasa, la persona siente que no puede amar, ni ser amado. Busca siempre ser aprobado y aceptado por los otros.
Herida de humillación: aparece cuando los niños sienten que sus papás los critican mucho y no los aceptan. Las personas que han experimentado esto, están dispuestas a hacer lo que sea para sentirse útiles.
La herida de la traición: se da cuando el niño se siente traicionado por alguno de sus padres, generando en las personas sentimientos de desconfianza o rencor.
La herida de la injusticia: esta la experimentan los niños cuando tienen padres que no son afectivos, que usan la fuerza como medio de educación y no son muy respetuosos. Esta situación puede generar adultos abusivos, groseros y con muchísimo miedo de la autoridad, lo que los puede llevar a ser envidiosos o mentirosos.
¿Cómo afecta nuestra personalidad las heridas de la infancia?
Cuando siendo niños vivimos experiencias que son dolorosas, nuestra personalidad se empieza a ver afectada por pensamientos negativos, por lo general, hacia uno mismo. Esto hace que la inseguridad, como unos de los sentimientos principales, se apodere de nosotros y haga que sea mucho más difícil tener relaciones sanas y duraderas con otras personas.
Todos los tipos de heridas de la infancia terminan afectando principalmente la personalidad de la persona y es esta, la que se encarga de hacer más notorias esas heridas que dejaron huella.
¿Por qué debes intentar sanar estas heridas?
Sanar las heridas de la infancia te ayudará a dejar a un lado esos rasgos de la personalidad que no te permiten tener relaciones sanas, hará que puedas vivir plenamente y dejar atrás todas esas experiencias que tanto daño te hicieron en el pasado.
Además, es fundamental para que esas heridas no se vuelvan una cadena y no pasen de generación en generación al momento de conformar una familia pues, cuando no hacemos nada para sanarlas, es muy probable que nosotros nos encarguemos de generar en nuestros hijos esas mismas heridas que hoy, nos acompañan a nosotros.
Consejos para sanar las heridas de la infancia:
Pero ¿cómo sanar las heridas de la infancia? Aquí te damos algunos consejos:
Reconoce esas conductas que sabes que debes sanar.
Perdonar es la mejor forma de sanar, ¡no busques culpables!
Busca ayuda profesional. Un psicólogo será clave en este proceso, pues será tu guía y te orientará hasta lograr un verdadero cambio.
Piensa si las cosas que tanto te molestan de los demás (especialmente de las figuras de autoridad) son reflejos de tu infancia, de tus padres o de ti mismo. Ahí puede haber muchas respuestas.
Ten buena actitud, rodéate de personas que te motiven a ser mejor y haz más de las cosas que te gustan.
Trata de pensar siempre antes de actuar, ¿cómo actuarías si no tuvieras heridas? Ver las cosas desde afuera te ayudará a ser consciente de esas cosas que necesitas cambiar y lo bien que se siente.
Las heridas de la infancia pueden sanarse a cualquier edad
Que ya hayas vivido muchos años con esas heridas, que ya lleves gran parte de tu vida lleno de inseguridades o con dificultades para relacionarte no quiere decir que ya no haya vuelta atrás. Cualquier momento de la vida es el correcto para decidir hacer un cambio, para buscar ayuda y querer empezar de nuevo.
Las heridas de la infancia se pueden sanar a cualquier edad y, si este es tu caso, el momento es ahora. No esperes más, vas a ver que cuando empieces a notar el cambio, te darás cuenta de que esperaste demasiado para sanar todas esas heridas del pasado.
Busca ayuda de un experto y corta esos lazos dolorosos del pasado
Si ya sabes que tu personalidad y tu conducta son el resultado de algunas heridas de la infancia, ¡no dejes de buscar ayuda! El primer paso es que tú te des cuenta de lo que está pasando, pero, lo que sigue, es que no lo ignores, que te animes a buscar ayuda, a hablar sobre el tema con un profesional.
Un psicólogo sabrá guiarte y te dará las pautas necesarias para que sepas cómo sanar las heridas de la infancia.
Por último, si este es tu caso, no te sientas culpable y no busques responsables. Así como tú, hay miles de personas y lo mejor que puedes hacer es buscar la forma de sentirte mejor y cambiar todos esos aspectos que no te dejan disfrutar tu vida y vivirla a plenitud.
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