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Cuidar a una persona con alzheimer: un reto lleno de cariño

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Cuidar a una persona con Alzheimer es un acto de amor inmenso, pero, para nadie es un secreto que también puede llegar a ser un camino lleno de desafíos. Esta enfermedad no solo transforma la vida de quien la padece, sino también la de quienes lo rodean, modificando la vida cotidiana completamente.

Para quienes se atreven a acompañar desde el cariño, ¡muchas gracias! El rol del cuidador exige paciencia, comprensión y preparación constante para adaptarse a los cambios que trae el avance del Alzheimer; por eso, contar con herramientas y consejos prácticos es clave para hacer de este proceso una experiencia más llevadera y humana para todos.

Cómo es el cuidado de una persona con Alzheimer

El cuidado de una persona con Alzheimer implica atender mucho más que las necesidades físicas: también se trata de acompañar en lo emocional y mantener un entorno seguro que haga que la persona se sienta vital y comprendida en todo momento. A medida que la enfermedad neurodegenerativa progresa, la persona puede perder memoria, capacidad de comunicación y autonomía en actividades básicas; y es en este punto donde una compañía cercana, honesta y comprensiva, ¡se vuelve vital!

El cuidador debe estar atento a detalles cotidianos; desde los más obvios, hasta los más específicos: fijarse en que coma bien, que deje las cosas en su punto, recordarle algún número telefónico o canal de TV… hasta asegurarse de que apague la estufa después de usar el fogón.

Si tienes a tu cargo una persona que está transitando este proceso, debes estar preparado para momentos de confusión, cambios de humor o comportamientos inesperados; la clave está en ofrecer un trato digno y afectuoso, siempre respetando la individualidad del paciente.

Consejos para los cuidadores de personas con Alzheimer

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Estamos convencidos de que lo que se hace con cariño, perdura en el tiempo y la memoria.

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#DíaMundialAlzheimer 21 sept

Manejo de la comunicación con el paciente

La comunicación puede volverse difícil, pero nunca imposible; y ahora más que nunca es cuando necesitas tenerlo presente: hablar con frases cortas, claras y usando un tono pausado, ayuda a que la persona comprenda mejor (recuerda ser empático y expresarte con cariño si tienes que repetir un mismo tema en muchas ocasiones). 

También funciona mucho mantener contacto visual para que se sienta escuchado, usar gestos amables y mostrar paciencia en la recepción de los mensajes; recuerda que, aunque las palabras se olviden, las emociones permanecen: una actitud cariñosa, una sonrisa y un tono cercano pueden transmitir seguridad incluso cuando la memoria falla.

Ayúdalo a llevar una vida saludable y activa

Justo ahora, ¡más activos que nunca! Promover rutinas de ejercicio sencillas de ejecutar, una alimentación balanceada y actividades que estimulen la mente (como escuchar música, ver fotos antiguas o realizar manualidades) es esencial para que la persona se sienta partícipe de los entornos. 

Estos hábitos no detienen la enfermedad, pero sí contribuyen a mantener la calidad de vida, con probabilidad de reducir el avance del deterioro y, lo más importante, brindando momentos de bienestar para ambos que, sin duda, se llevarán en el corazón para siempre.

Cuida la seguridad de tu paciente

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Lee con atención porque este es un punto indispensable: las personas con Alzheimer son más propensas a caídas, accidentes en la cocina o episodios de desorientación por evidentes motivos; pero no por esto debemos normalizar que suceda. Adaptar la casa del paciente con barandales, iluminación adecuada y cerraduras de seguridad puede prevenir riesgos, ¡es una gran ayuda! También te recomendamos poner en su mano una pulsera de identificación con su nombre que esclarezca su condición y proporcione un número de contacto al que llamar en caso de algún incidente en la calle; algunas de estas manillas también cuentan con sistemas de localización, por si el paciente llega a perderse. 

¡Recuerda que la prevención es clave para ofrecer un entorno seguro y tranquilo!

Establece una relación cercana con los familiares

El Alzheimer es una enfermedad que no afecta solo al paciente, sino a toda su familia, sus rutinas y cotidianidad; por eso, es importante que el cuidador no cargue solo con la responsabilidad y que, además de acompañar a las demás personas del entorno, sepa encontrar en ellos también un refugio.

Comunicarse de manera fluida y constante con los familiares es esencial; no solo para compartir conversaciones sobre la evolución de la enfermedad, sino también para coordinar turnos de apoyo. Esto puede aliviar la carga emocional y fortalecer la red de cuidado para el paciente.

Recursos para el cuidado de pacientes con Alzheimer

Poco solemos escuchar sobre las asociaciones, fundaciones o grupos de apoyo dedicados al Alzheimer; pero, ¡existen! Y son espacios esenciales para el cuidador y los familiares del paciente, porque ofrecen talleres, guías, acompañamiento psicológico y hasta asesoría legal, que pueden ser un alivio en todo este proceso.

Estos recursos son de gran ayuda para aprender nuevas técnicas de cuidado y, sobre todo, para que el cuidador sepa que no está solo. También hay programas comunitarios que brindan respiro temporal, permitiendo al cuidador descansar mientras alguien más asume la tarea por unas horas o días.

Cuídate mientras cuidas a otros

Cuidar a alguien con Alzheimer puede llegar a ser tan demandante que muchas veces, los cuidadores, olvidan cuidarse a sí mismos; por eso hoy queremos recordarte que dormir bien, alimentarte de forma adecuada y mantener espacios propios de recreación, son esenciales que no deben descuidarse, porque también harán de tu labor una mucho más sana. 

Cuidarse es una necesidad: un cuidador agotado no puede ofrecer lo mejor de sí.

Evita la sobrecarga y el estrés en tu rol de cuidador

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El llamado “síndrome del cuidador” o “sobrecarga del cuidador” es común en quienes dedican gran parte de su vida a atender a un paciente con Alzheimer; pero que sea común, ¡no significa que sea normal! Por eso, reconocer los signos de agotamiento como irritabilidad, tristeza constante o cansancio extremo, es el primer paso para pedir ayuda.

No tienes que poder con todo, aprende a delegar tareas, apoyarte en profesionales de la salud o en servicios comunitarios y tomarte pausas, porque eso no significa rendirte, sino garantizar un cuidado más sostenible y humano.

El Alzheimer es un camino complejo, pero con las herramientas adecuadas y el apoyo necesario, es posible cuidar con dignidad y amor.

Los cuidadores son un pilar fundamental en esta enfermedad, y en TENA reconocemos que cuidar de ellos mismos es tan importante como cuidar del paciente.

Fuentes

https://www.alzheimers.gov/es/como-vivir-demencia/consejos-cuidadores

Dirigido a:

MUJERES

HOMBRES

CUIDADORES

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