
¿Alguna vez has escuchado que “somos un mundo de posibilidades”? Y no solo de posibilidades, sino de cambios y transformaciones constantes, gracias al avance mismo de nuestros años, que nos suman no solo en edad, sino también en experiencia. Por esto y para entender el mundo que abarca la psicología en el adulto mayor, preparamos esta información clara y concisa, para que tengas todas las herramientas necesarias al asumir su cuidado.
Entendiendo la psicología del adulto mayor o psicogerontología
Para hablar de la psicología en el adulto mayor también podemos utilizar el término psicogerontología, el cual hace referencia a la rama de la psicología que se dedica a estudiar la salud mental en el adulto mayor, y cobra cada vez más relevancia, al aumentar el promedio de vida.
Pero ¿qué aspectos estudia la psicología del adulto mayor?
Ahora bien, para puntualizar cuáles son los ejes de estudio de esta psicología, nos referimos desde los cambios que el adulto pueda presentar a nivel cognitivo (incluyendo sus pensamientos y memorias), hasta los cambios en su comportamiento a nivel social y emocional, los cuales son tan nuevos para él como para las personas que lo rodean. Por ello, es de vital importancia que al acompañamiento de profesionales en este ámbito, como psicólogos o psiquiatras, se les sume el apoyo y orientación del círculo cercano. Conozcamos en dónde podemos ver estos cambios con mayor notoriedad:







Cambios psicológicos y cognitivos
Aquí, uno de los principales cambios radica en la transformación de los roles del adulto mayor, gracias a que durante muchos años de su vida pudo ser padre, hermano, amigo u otra posición que le implicara cuidar de alguien más y no propiamente ser cuidado. Esta adaptación puede ser compleja, dificultando algunas veces las relaciones. Además, las nuevas tecnologías que han dejado de familiarizarse con el adulto, también generan cambios en su proceso cognitivo. De hecho, en el de todos, sin embargo, en personas más jóvenes la adaptación es más sencilla, por frecuentar más su uso.
Salud mental
Relacionado con el punto anterior, la salud mental también juega un papel importante, pues ciertas condiciones son naturales por la edad, como el Alzheimer o la pérdida de memoria, las cuales pueden desencadenar en el adulto pensamientos negativos, de inferioridad o soledad, que afecta la manera en que comparte con su entorno.
Cambios físicos
De todos los cambios, ¡este quizá es el m ás notorio! Y aplica para todos los casos, pues los años llegan con cambios en la piel, la resistencia muscular, nuestra fuerza y, en definitiva, la manera que tenemos de percibirnos ante el mundo. Sin embargo, no hay nada de qué preocuparse con la mayoría de ellos, pues como ya te lo dijimos, son tan naturales como el transcurrir de la vida misma.
Apegos al pasado
Este síntoma incluso podríamos decir que puede aparecer a cualquier edad, pues viene muy relacionado de “todo tiempo pasado fue mejor” y responde a esa añoranza de regresar a una época de la vida en donde tuvimos buenos recuerdos o nos sentíamos mucho más plenos. No obstante, esa añoranza puede, con trabajo psicológico, convertirse en agradecimiento y proyección de futuro… Ya nos ha enseñado la vida que, en cualquier caso, sucede en el ahora.
Agresividad y negación
Este no es un síntoma que aplique en todos los adultos mayores y depende de factores como Alzheimer o la demencia, los cuales pueden desenlazar en desorientación y falta de confianza, generando un estado de alerta o agresión. Existen situaciones en donde la soledad prolongada, la falta de contacto con otras personas u otros desórdenes psicóticos, pueden agravar este aspecto.
¿Cómo acompañar al adulto mayor desde el entendimiento y la empatía?
Si bien los años, como todas las etapas de la vida traen sus retos, el acompañamiento, no solo de profesionales en la psicología del adulto mayor, sino también de las personas cercanas, será clave para que la vejez se pueda vivir con dignidad, salud y bienestar. Si eres un cuidador a cargo de un adulto mayor, estás son las medidas que puedes tomar para hacer de su vida y la tuya, una más tranquila y amena:

Cuidados en casa
La adecuación de los espacios para más seguridad y comodidad del adulto, garantizará que puedas evitar lesiones o caídas. Además, la alimentación adecuada, el seguimiento de su medicina en las horas pactadas y la promoción de encuentros con más personas de la familia o amigos, ayudará a mantener su cerebro activo y su sistema emocional regulado.
Independencia en algunas actividades
En la medida en que te sea posible, anima al adulto mayor a hacer pequeñas actividades por su cuenta, que puedan potenciar su desarrollo cognitivo o motriz, esto le dará una sensación de independencia que beneficiará su autonomía y puede disminuir la sensación equivocada de no sentirse útil.
Ejercicios de salud mental
¡Buenos para ti y para ellos! Estos ejercicios también conocidos como gimnasia cerebral, ayudarán al adulto mayor que tengas a cargo a mantener, como su nombre lo dice, activa su parte cognitiva, ayudándolo a estimular su memoria, aprendiendo nuevos juegos o saliendo de la rutina. Aquí, es clave volver a esa esencia de ser niños, con actividades como un rompecabezas, la tan conocida escalera o dominó. Si lo piensas, también es un gran plan en familia.
Comunicación abierta y clara
La claridad al momento de comunicarse es vital para sostener, de manera sana, cualquier tipo de relación, bien sea con un adulto mayor o con cualquier otra persona en la cotidianidad. No obstante, es importante no confundir claridad con falta de empatía, pues la sinceridad también debe tener siempre como principio básico: el respeto. Ten entonces en cuenta buenas prácticas de comunicación como la escucha activa, sostener siempre un contacto visual tranquilo, intentar que el adulto lleve el hilo de la conversación y brindar el tiempo necesario para formular preguntas y respuestas.
Busca el apoyo de un profesional para cuidar la calidad de vida del adulto
Como ya lo exploramos, la psicología en el adulto mayor y en general, todo lo que abarca la salud mental es responsabilidad de todos, y no solo importa la del adulto sino también la nuestra, pues aquí cobra más relevancia el “cuidarnos para cuidar a otros”. Así que, ¡no olvides que en la labor del cuidado nunca estás solo! Busca en tu entorno cercano una red de apoyo que te permita sentirte acompañado y escuchado, y mucho mejor, si también puedes complementarlo con un profesional que te renueve constantemente herramientas que te ayuden a transitar tus emociones.

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Fuentes
https://psicologiaymente.com/clinica/psicogerontologia
https://www.gob.mx/inapam/articulos/cambios-psicosociales-del-envejecimiento
https://salusmayores.es/blog/importancia-expectativas-autonomia-mayores/
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